Gracias a Jesús Sanchez Sanvi, ganador junto con su hermano Manuel del I Torneo Wingman, nos trae otro report del fantástico evento organizado por Pablo Perez en el club Atalaya Vigía.
Hace apenas unas semanas regresaba de quedar segundo en el
torneo nacional por equipos en Valencia, organizado por La Roca Wargames (el
C3P3). No cabe duda de que el honor lo debía a la actuación de mis compañeros
(Pedro, Esteban y Carlos) ya que por mi parte sólo había sumado una victoria al
equipo. Pero las sensaciones que me dejó mi lista de 5 A-wings eran muy
positivas y estaba seguro de que podía llegar a jugarla mucho mejor.
En el viaje de vuelta Esteban sugirió algunas modificaciones
que podían hacer de aquella primera versión de la lista algo mucho más
peligroso. Así que la lista de Valencia (5 x Piloto de Pruebas, Cohetes de Protones)
se convirtió en esta:
2 x Piloto de Pruebas, Reequipado Chardan,
Propulsores automatizados
3 x Piloto de Pruebas, Cohetes de Protones,
Propulsores automatizados
La pérdida de potencia de ataque no es tan preocupante como
pueda parecer a priori, ya que la experiencia demostraba que pocas veces iba a
ser capaz de disparar los 5 cohetes (ni siquiera en mi única victoria en
Valencia fueron necesarios más de 3). A cambio obtenía mayor capacidad de
sobrevivir gracias a esa esquiva adicional a distancia 3 (fundamental en el
primer cruce) y además me permitía usar dos de los A-wings como cebos y como
naves de bloqueo, algo que al final resulta la clave de esta lista.
Volando a mi lado tenía a mi hermano, rival los domingos por
la tarde cuando después de comer en familia sacamos las naves y jugamos una
partidilla. Hay que decir que Manu suele ganarme habitualmente, ya que usa una
lista basada íntegramente en la wave 1 (regalo de navidades de mi parte) que se
me atraganta: YT1300 con Han Solo o Chewie y un par de Xwings. En esta ocasión
preparamos una lista con un Z95 para que pudiera jugar a Wedge como piloto de
Xwing y llevar a C3PO en el YT de Han.
La primera partida del torneo la habíamos ensayado los dos
últimos domingos. Eso es así, no lo vamos a negar. Pero en nuestros ensayos
Manu siempre me ganaba y destruía la nave del Senador antes de que mis A-wings
lograran escoltarla. Así que la idea era que él ganaba y yo… Yo juego 5
A-wings, no tengo que ganar partidas, ¿no? Sin embargo, la partida transcurrió de modo diferente al
planeado. Rafa y David fueron nuestros rivales y, como digo, Manu y yo
invertimos los papeles.
Las reglas de la misión y que Rafa inicialmente había
entendido alguna cosilla de otro modo, me pusieron las cosas de cara. Los
A-wing escoltaban a la nave del Senador ante el acoso del trío de Interceptores
formado por Turr, Carnor y Sontir. Todos ellos con Máximo Esfuerzo, Dispositivo
de Sigilo y Propulsores Automatizados. Un nuevo error, esta vez al creer que
los Cohetes de Protones gastaban concentración al ser disparados, acabó con
Carnor. Y a partir de allí las cosas se me pusieron de cara.
Mi hermano, en cambio, caía ante su rival que conseguía
sacar a la nave del Senador. Sin embargo, el intercambio de puntos no era muy
desfavorable. De hecho, Manu había causado bastante daño a la flota enemigal y
los puntos de victoria nos ponían por delante de nuestros rivales. Por cierto,
correctísimos en todo momento y con un comportamiento magnífico.
La segunda partida nos llevaba a mesa 2. Un lugar en el que
no esperábamos estar, la verdad. Pero los múltiples empates nos enfrentaban a
una pareja que venía de ganar su enfrentamiento anterior.
En esta ocasión me tocó enfrentarme a Raúl con una lista
formada por Luke, Wedge y Biggs. Manu tenía frente a él a Dash Rendar y a un
par de B-wings.
La misión podía favorecerme. Había que conseguir marcadores
de información situados entre los doce asteroides de la mesa. La velocidad de
mis A-wings y el tener dos naves más que el rival eran mi baza. Pero por otro
lado no quería evitar cruzar armas con las naves de mi rival. Era consciente de
que no podría huir durante 60 minutos y de que unos cohetes bien lanzados
podían acabar con la lista de mi rival.
Nada de eso pasó. Me hice rápidamente con 4 marcadores de
información, pero era incapaz de encontrar ángulo de disparo entre tantos
asteroides. Sin embargo mi rival conseguía eliminar hasta dos de mis cazas. La
clave de la partida estuvo en un movimiento de uno de mis A-wings que llevaba
dos marcadores de información y que estaba siendo perseguido por mi rival.
Raúl, pensando que haría un 5 recto, preparó sus diales para perseguirme. Sin
embargo, mis naves se revolvieron mediante unos cerrados e impulsos… y
desaparecí de los ángulos de disparo de los Xwing, que además se iban demasiado
lejos y ya no conseguirían encontrarme.
Manu conseguía en el último segundo una victoria sobre
Diego, tras hacerse con un token “abandonado” en el espacio logrando así un 3-0
in extremis.
Un par de partidas divertidísimas, muy diferentes a los
enfrentamientos habituales, en unas mesas llenas de asteroides… contra unos muy
buenos rivales.
Y así llegábamos a la tercera partida, conscientes de que la
jugaríamos en las mesas de arriba contra los mejores. En ese momento creímos
que serían Jacobo y Esteban… pero en la mesa 1 nos aguardaban Ibán y Edu.
La tercera y última partida era un enfrentamiento “normal”.
Había que hacer los emparejamientos, y Edu e Iban no parecían tener claro quién
se enfrentaba a mi lista y quién a la de Manu. Edu, que llevaba 4 A-wings, no
parecía tener muy claro el enfrentamiento contra los míos. Yo, en cambio, me
veía con pocas oportunidades contra Iban y su lista de 3 B-wings y 2 Z-95s.
¡Pero! Y aquí viene la clave de esta ronda, sabía que Manu podía derrotar a la lista
de Edu. ¿Por qué? Porque… esa misma lista la he usado yo una docena de veces
contra Manu (en nuestras partidas de domingo) y creo que le he ganado media
vez. Así que lo fiaba todo a la victoria de Manu y a lo que yo pudiera rascar
(todo esto dicho con el mayor de los respetos… porque Edu juega muy bien a
X-wing y no tenía duda de que podía manejar esa lista mucho mejor de lo que lo
hago yo).
Mi enfrentamiento se convirtió en una de esas partidas en
las que uno puede decir que lo ha dado todo. Empecé desplegando 4 naves en
formación en el flanco derecho, y una quinta en medio (que es la que tenía que
servir de cebo y de bloqueo). Iban respondió también en formación cerrada
frente a mi grupo.
Yo sabía que no aguantaría un choque frontal. La potencia de
los B-wings y que el disparaba antes que yo podían poner fuera de juego a mi
escuadrón. Así que decidí girar a la izquierda, obligarle a seguirme mientras
el A-wing solitario trataba de picarle para que rompiera la formación.
Pero oye, que nada, que Ibán no rompía y seguía buscándome
en formación. Y ahí estaba derrotado. No perdí la paciencia, esperé a que un
asteroide le obligara a abrirse mínimamente y entonces me lancé a cuchillo. El
A-wing solitario se cruzó en mitrad de las trayectorias para bloquear la
formación, mientras el resto de mis A-wings volvía al combate y armaba los
cohetes.
A partir de ahí la partida fue puro “dogfight”. Tras los
primeros intercambios de disparos, caían un par de A-wings y un B. Las
formaciones se rompieron y empezó la caza. Ibán buscaba mis naves, pero los
dados rojos no le acompañaban. En respuesta yo iba deshaciéndome de los Z-95s,
a quienes consideraba en ese momento el objetivo prioritario. Fueron varios turnos de movimientos arriesgadísimos por
parte de ambos, en los que la fortuna me acompañó en varias tiradas. Tras haber empezado perdiendo, conseguía darle la vuelta a
la partida cuando el tiempo acababa y lograr una victoria por ¡13 puntos de
diferencia! Un verdadero placer jugar con un crack como Ibán.
En la otra mesa, Manu había logrado derrotar a los 4
A-wings. Algún movimiento de los que suele hacerme a mi sorprendió a Edu,
dejándole con los 4 A-wings de espaldas al YT-1300… que poco a poco fue dando
buena cuenta de las naves enemigas, mientras los escudos y casco del transporte
ligero se imponían.
Con estas dos victorias el torneo era nuestro. Algo que ni
esperábamos cuando nos apuntamos, ni nos podíamos creer conforme avanzaba la
mañana. Habíamos trabajado como equipo y como tal habíamos ganado.
Por mi parte conseguí además imponerme como Mejor Jugador
Rebelde. Y eso, jugando con 5 A-wings, es todo un honor…
Magnífico torneo en el que todo estuvo al más alto nivel y
en el que Pablo demostró que con ganas y oficio pueden hacerse eventos
magníficos en nuestra ciudad. ¡Ya estoy esperando jugar el siguiente!
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